Ya
no hay pingüinos como los de antes. Hace treinta y seis millones
de años, al menos una especie tenía casi la misma estatura que
un hombre y lucía motas rojas y grises, según un reciente estudio.
Los autores del estudio afirman que esta especie recién descubierta,
llamada el rey del agua, aportará datos sobre la evolución de
las aves. Para los no iniciados, el cambio aparentemente reciente
de la piel de los pingüinos al blanco y negro se debería más
a la necesidad de nadar que a otros factores, como el sexo o
el camuflaje.
Junto con al menos otras dos especies de otros pingüinos prehistóricos
gigantes, los restos fósiles de esta fueron descubiertos en
Perú en 2007, aunque el anuncio del descubrimiento no se ha
hecho público hasta hoy. Las investigaciones llevadas a cabo
en laboratorio han permitido recuperar recientemente plumas
de las alas y otras plumas más pequeñas del cuerpo de una especie
de pingüino de 150 centímetros de alto, bastante más grande
que la especie mayor de pingüino que vive en la actualidad,
el pingüino emperador, que apenas alcanza los 120 centímetros.
"Hemos
descubierto que el borde anterior del ala era de color gris,
y la parte inferior del ala, de un tono castaño rojizo,"
declaró la directora del estudio, Julia Clarke, paleornitóloga
de la universidad de Texas, en Austin.
Pero el equipo no disponía de plumas del pingüino rey del agua
(Inkayacu paracasensis) suficientes para determinar los colores
del resto del cuerpo.
"No
podemos aún 'poner color a todas las partes' del pingüino, ni
decir qué plumas corresponderían a otros rasgos más llamativos
de su anatomía, como las bandas que algunas especies actuales
lucen sobre los ojos o el cuello, como el pingüino de penacho
amarillo (fotografía), declaró uno de los autores del estudio,
el paleornitólogo Dan Ksepka, de la Universidad del Estado de
Carolina del Norte.
"Pero
ciertas características de los huesos nos indican que este fósil
en particular era un espécimen adulto totalmente formado, no
una cría, por lo que encontrarnos con tonalidades grises y marrones
fue toda una sorpresa" añadió. (Vea una fotografía de una
cría de pingüino emperador gris.)
El equipo de paleontólogos realizó el descubrimiento al comparar
una serie de pigmentos microscópicos llamados melanosomas de
las plumas del fósil con melanosomas de aves y pingüinos modernos.
Basándose en las formas y tamaños de los melanosomas fósiles,
los científicos pudieron determinar la coloración original de
las plumas del pingüino. (Relacionado: "Dinosaur True Colors
Revealed for First Time.")
Este descubrimiento, cuyos detalles aparecen publicados en una
reciente edición de la revista Science, supone hallar por primera
vez plumas y escamas en buen estado de conservación de pingüinos
prehistóricos. Es también la primera prueba directa que los
investigadores tienen de que los colores característicos de
los pingüinos actuales son, posiblemente, un rasgo evolutivo
reciente, según los autores.
(Relacionado: "Mutant All-Black Penguin Found.")
¿Un
traje de baño blanco y negro?
¿Por qué los pingüinos visten de frac?
Quizás sea una reacción a la aparición de nuevos depredadores,
como las focas, opina Clarke. Las especies modernas de pingüinos
han desarrollado un rasgo llamado "contrasombreado",
que consiste en que el color blanco de sus vientres les permite
camuflarse con el color del cielo, vistos desde la posición
de un depredador que esté nadando a mayor profundidad que ellos,
mientras que el color negro del dorso hace que se confundan
ligeramente con las tonalidades de las profundidades marinas
y pasen desapercibidos para los depredadores que acechen desde
las alturas.
De nuevo, el melanosoma aporta una prueba de que el característico
"frac" de los pingüinos podría ser una consecuencia
del paso de esta ave a una vida acuática.
El equipo de investigadores observó que los melanosomas del
rey del agua presentaban una estructura y una organización similares
a las de aves actuales con plumajes de color castaño rojizo
o gris, como los petirrojos o los pinzones. Pero los pigmentos
de los fósiles son muy diferentes a los de los pingüinos de
hoy en día, que tienen melanosomas de mayor tamaño y forma más
redondeada y aparecen agrupados en forma de racimo.
Cabe la posibilidad, aventuran los miembros del equipo, de que
la metamorfosis del melanosoma haya fortalecido el plumaje de
los pingüinos, ayudando a convertir sus alas en "aletas"
rígidas y estrechas que les permiten nadar mejor o que les confieren
alguna otra ventaja que no conocemos.
"Barajamos
la hipótesis de que estos cambios de forma del melanosoma podrían
no tener nada que ver con el color," afirma Clarke.
Y aquí volvemos a la cuestión del frac de los pingüinos, que
parece ser un rasgo evolutivo "debido a cambios en el hábitat
que aún no hemos identificado. Es algo que desconocemos",
añade Clarke, cuyo trabajo está financiado por el Expeditions
Council de la National Geographic Society. (National Geographic
Society es la propietaria de National Geographic News.)
El
estudio sobre los pingüinos supone "un gran avance"
Poder interpretar el color del plumaje del pingüino rey del
agua es "algo verdaderamente notable, que supone un gran
avance para el estudio de la paleontología de los vertebrados",
proclama Paul Scofield, conservador de la sección de zoología
de los vertebrados del Museo de Canterbury en Nueva Zelanda.
Anteriores análisis de melanosoma habían permitido conocer los
colores del plumaje de ciertos dinosaurios no voladores. ("Dinosaur
True Colors Revealed for First Time.")
Pero el estudio sobre los pingüinos demuestra que esta técnica
puede ser una herramienta sumamente útil para las investigaciones
sobre aves fósiles y otras criaturas ya extinguidas, explica
Scofield, quien no participó directamente en el estudio.
Mike
Benton, de la Universidad de Bristol (Reino Unido) opina que
el estudio es "un trabajo excelente".
Este paleontólogo, que tampoco formó parte del equipo de investigadores,
nos dice por correo electrónico que "el estudio, además,
demuestra que la paleontología biológica actual es capaz de
tender puentes entre lo vivo y lo fósil y aspira a entender
una serie de sistemas funcionales de gran importancia, como
la coloración del plumaje, que hasta hace bien poco nos eran
extraños".