HISTORIA
Un día en un aguacero me asomé a la ventana y lo vi en la calle, estaba todo mojado y buscando refugio. Salí a cogerlo, con miedo de que se me tirara a morderme o a arañar, pero fue de lo más mansito y se dejó coger. Lo entré a mi casa, lo sequé y durmió esa noche allí. Al día siguiente, con el dolor en el alma cuando salí a trabajar, tuve que sacarlo y, cuando llegué por la noche, me estaba esperando en la puerta. Al tercer día, lo entré definitivamente a mi casa, lo llevé al veterinario, le aplicaron sus vacunas y desde entonces está conmigo. De eso ya hace 4 años… !Yordy es mi adoracion y compañía!